miércoles, 1 de diciembre de 2010

Nicaragua debe poner fin al abuso sexual de niñas

He leído parte del informe de Amnistía Internacional que circulo por distintos medios, donde pone en evidencia la problemática de abuso sexual en Nicaragua y demandan a las autoridades que deben erradicar la violación y los generalizados abusos sexuales contra niñas.

Este informe "Escucha las voces y actúa: No más violación y violencia sexual contra niñas en Nicaragua" revela la falta de acciones y apoyo por parte del Estado a las sobrevivientes para que rehagan sus vidas tras la violencia sexual.



Según datos policiales, entre 1998 y 2008 se presentaron más de 14,000 denuncias por abuso sexual. Dos tercios de las víctimas eran menores de 17 años. El informe, presentado en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, documenta como la sociedad nicaraguense estigmatiza a las víctimas de abuso sexual, y cómo el sexo sigue siendo un tema tabú, lo que hace que las niñas no se atrevan a denunciar la terrible situación que están viviendo

Aunque la mayoría de los datos no son nuevos, menos desconocidos por las autoridades nacionales, considero que deben visibilizarse siempre, ya que la tarea es seguir demandando seguridad y protección para las niñas. Según el informe los autores más habituales de la violencia sexual contra las niñas son familiares y personas que ocupan una posición de poder. El hogar se considera un lugar peligroso, y muchas niñas que sufren abuso sexual a manos de sus familiares se ven presionadas para guardar silencio.

Ante esto que hay?. Hay una ausencia de programas gubernamentales para concienciar a la población sobre la violencia sexual y para cambiar las actitudes sociales significa que, a menudo, es a la víctima a quien se culpa, y no al agresor.

A los cuatro vientos se ha dicho que no se cumplen las normas nacionales e internacionales sobre el trato a las víctimas de abuso sexual, se siguen dando malos tratos y una falta de ética sin precedente a las niñas que denuncian la violación o los abusos sexuales. Como refiere el informe, pese a que en Nicaragua existen protocolos para policía, fiscales y jueces sobre el trato a las víctimas de violación y abuso sexual, en la practica a menudo estos protocolos no se tienen en cuenta.

El informe muestra la falta de ayuda que existe actualmente para las niñas que desean continuar con del embarazo: no se les proporciona ayuda ni para cuidar el bebe ni para regresar a sus estudios o su trabajo. La tipificación del delito de todas formas de aborto en 2008 solo agravó las consecuencias para las sobrevivientes que no desean seguir con su embarazo.

La ley obliga ahora a las niñas, bajo amenaza de encarcelamiento, a continuar con su embarazo después de haber sido violadas, incluso aunque el embarazo ponga en peligro su vida o su salud. Para una niña a la que su violador ya le ha negado todo control sobre su cuerpo, la ley actual supone una crueldad insoportable.

Las cifras de denuncias de violación son aún más alarmantes si se tiene en cuenta que en Nicaragua, como en otros países, la violación y los abusos sexuales son delitos poco denunciados, especialmente cuando se cometen contra niñas y los agresores son familiares de las propias víctimas.

En octubre de 2010, el Comité de los Derechos del Niño, de la ONU, manifestó su preocupación por “los elevados índices de malos tratos y descuido de niños, incluidos los abusos sexuales, y de violencia doméstica y de género” en Nicaragua.

Como dije antes no son nuevos datos, el informe solo reafirma mas de lo que hemos dicho. Quizás debemos garantizar que haya resonancia de este nuevo grito de desesperación que lanzamos al gobierno y a la sociedad. No sabríamos decir a ciencias cierta cual es la solución, puedo decir lo que otros han dicho, la respuesta es multidireccional.

El Gobierno nicaragüense, basta de oídos sordos. Creen políticas y leyes de real protección y concientización del problema.

La escuela debe ser un eje de intervención primario e insistente. No se puede permitir la violencia ni física ni psíquica de los chavalos hacia las chavalas, de profesores que abusan de las niñas, Ya hay que generar políticas escolares promuevan una permanente preparación de los maestros y maestras en este tema. Para que las intervenciones sean oportunas.

La iglesia debe generar castigos públicos a los cienes de sacerdotes abusadores que por año fueron trasladados de parroquia a parroquia.

La familia debe desembarazarse de todos los prejuicios y estereotipos sociales acumulados en los últimos siglos y empezar a tratar a las hijas igual que a los hijos: misma libertad, posibilidades, vocabulario, horarios, cariño.

Una nueva invitación queda abierta.

hablemosde.abusosexual@gmail.com

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