miércoles, 10 de noviembre de 2010

AUTOCUIDO

Estas son algunas sugerencias en torno al autocuido para las personas que se ocupan directa o indirectamente con víctimas de violencia sexual, que se encuentran conectados con el dolor al escuchar y leer relatos de incesto, violaciones, amenazas, humillaciones, y los efectos de las acciones de violencia sexual en las personas afectadas.




Expertos del campo de la violencia sexual han estudiado y profundizado sobre las consecuencias en la vida emocional y física de las personas que trabajan en esta área, y son testigos indirectos de la vulnerabilidad y la agresión humana. Caracterizan varias opciones de respuestas a esos efectos, entre ellos por ejemplo: Traumatización Vicaria, Estrés Post-Traumático Secundario o estado de Extenuación Emocional.

Al escuchar estos relatos se puede revivir el miedo experimentado en las propias historias de vida, cuestionando todo el sistema de creencias y valores de vivir en un espacio seguro y confiable.

Existen diferentes opciones para el autocuido, sin dejar de hacer lo que se hace para contribuir a la reconstrucción de vidas diferentes, y manteniendo la empatía con el dolor de quienes sufren actos de violencia sexual.

El cuerpo y pensamiento marchan al unísono. Intuir en el área corporal y conocer su lenguaje permite comprender su representación cognitiva y reconocer que el ser es total, único e integral. Se debe escuchar cuando el cuerpo envía señales, al entrar en contacto con el cuerpo se establece comunicación con el entorno. Solamente usted mismo/a puede explorarlo, cuidarlo y mimarlo. No se tiene que pedir permiso a nadie para hacerlo.

Tómese un momento y responda a las siguientes preguntas:

¿Cómo siente su cuerpo? ¿Pesado, liviano, cansado, relajado?
¿En qué partes de su cuerpo le parece que está particularmente tenso o dolorido?
¿En qué aspecto, por el contrario, lo halla fuerte y lleno de energía?
¿Qué partes de su cuerpo merecen una mayor atención?
¿Le satisface su manera de conducirse, es un placer vivir dentro de él?
¿O, es más bien un bulto sin sentido y una pesada carga?

Al ponerse en contacto con su energía corporal descubre y percibe los mensajes que el cuerpo le transmite. Esta energía se ve muchas veces obstaculizada por el estrés, los pensamientos automáticos, los sentimientos negativos, la mala alimentación y los traumas, entre otras cosas.

A través de ejercicios de respiración se puede relajar el cuerpo y conseguir su sanación y bienestar. Al inhalar se recibe la fuerza y al exhalar, se pone fuera los sentimientos, pensamientos y todo aquello que hay en el interior y que ya no necesita. Así, con la respiración se depura y revitaliza el cuerpo.

Por las mañanas deje unos minutos de su tiempo para hacer una rutina de respiración de forma natural y profunda. Puede hacerla cundo se sienta tenso/a o fatigado/a a cualquier hora del día. Puede hacerlo en un espacio tranquilo donde pueda estar en una posición muy cómoda y con los ojos cerrados. Inspire dentro del abdomen y el diafragma, mantenga la respiración por unos momentos y luego exhale lentamente. Esta práctica no debe implicar ninguna forma de esfuerzo para usted.

Cuando realice prácticas de respiración profunda visualice la energía que entra y sale de su cuerpo como mecanismo posible para purificar y volver a llenar de energía su organismo. Llénese de fuerza y gracia. Imagínese como un centro resplandeciente de luz y de paz.

Otra forma de equilibrar y poner en armonía su energía es la práctica de ejercicios corporales. El objetivo del ejercicio diario no es la reducción del peso corporal, la sudoración o el agotamiento; por el contrario, es una estrategia recomendada para obtener energía (no para gastarla), eliminar toxinas e impurezas y aumentar el vínculo entre su cuerpo y sus pensamientos. (caminatas, gimnasia, natación, danza, yoga, Tai Chi, entre otros) Si no hay posibilidades puede elegir la caminata o los ejercicios que se llevan a cabo cada mañana.

Otra forma de cuidar el cuerpo es alimentarlo de forma sana. Haga una lista de los alimentos que regularmente ingiere, elabore un plan de alimentación que incluya una dieta rica y balanceada. Cuando se siente en la mesa, disponga los alimentos en una vajilla que le resulte agradable a sus ojos, disponga de suficiente tiempo para tomar el desayuno y las comidas fuertes, coma sentado y no realice otras actividades como leer o mirar televisión. Si come fuera elija los lugares que dispongan de comidas balanceadas y pobres en grasas saturadas. Elija agua en lugar de refrescos embotellados, cuide el consumo de sal y azúcares refinados, trate de no combinar el tiempo de comidas con el de trabajo, evite los alimentos que son dañinos para usted, procure tomar sus alimentos en buena compañía, con personas con quienes se siente a gusto, le aprecian y respetan.

Es importante el sueño y descanso cuando su cuerpo lo requiera. Los masajes suave y relajante con aceites esenciales, es más que una presión de manos y dedos, es una forma de comunicación con nuestro cuerpo.

Existen otras técnicas para el autocuido que usted puede elegir lo importante es hacerlo sistemáticamente para mantener el equilibrio.

Psicóloga
marlingrecia@yahoo.es

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